Kinkakuji, el Pabellón Dorado de Kioto
El Kinkakuji, o más conocido como el Pabellón Dorado, es el templo más emblemático de Kioto y puede que de todo Japón. El nombre es muy apropiado, ya que dos de sus tres plantas están recubiertas literalmente de pan de oro. No puedes decir que estuviste en Kioto hasta que no veas con tus propios ojos esta maravilla y los jardines que lo rodean. Por suerte, en este artículo aprenderás cuándo ir y algunas curiosidades que te harán apreciar esta visita mucho más.
Un poco de historia del Kinkakuji
El Kinkakuji fue construido en 1397 por orden del shogun Ashikaga Yoshimitsu como su casa de verano. Tras su muerte, su hijo transformó el complejo en un templo zen budista de la escuela Rinzai, siguiendo los deseos de su padre.
A lo largo de los siglos, el templo ha sufrido varias destrucciones, la más reciente en 1950, cuando fue incendiado por un joven monje perturbado (si quieres saber más sobre esto te recomendamos el libro El pabellón de oro de Yukio Mishima).
La estructura actual es una reconstrucción completada en 1955, con renovaciones adicionales en 1987 y 2003 para restaurar su esplendor. A día de hoy, se trata de un edificio nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (desde 1994) y es el broche de oro de cualquier visita a Kioto.
Imagen de Toyohara Chikanobu (Dominio público)
La mejor época para visitarlo
El pabellón dorado no decepciona. Como obra maestra que es, está precioso todos los días del año. Sin embargo, hay niveles. Si visitas el templo durante el periodo de floración de los cerezos (sakura), vas a poder sacar la que probablemente sea la fotografía con más esencia japonesa de todos los tiempos.
En otoño tiene lugar otro espectáculo natural que desata pasiones, el momiji o el cambio de color de las hojas. Pero el oro, sin duda, se lo lleva el invierno. Ver el Kinkakuji nevado es una de esas escenas que se dan una vez en la vida. Además, hay menos gente.
Secreto Japonal: siempre puedes curiosear cuál es el aspecto del templo a través de esta cámara en directo. (Recuerda que no se ve nada cuando es de noche en Japón)
Imágenes de Hyppolyte de Saint-Rambert (izquierda - Derecha)
¿Qué ver en Kinkakuji?
El jardín Rokuon-ji y el espejo de agua
El jardín que rodea el Kinkakuji es un logro del paisajismo japonés. Su estanque Kyōko-chi funciona como un espejo de agua que, en las condiciones adecuadas, refleja el pabellón dorado en su superficie (una de las fotografías más perseguidas de todo Kioto). Si tienes suerte y tomas la foto, también aparecerán las numerosas islitas y piedras que le dan el punto zen a este jardín que tienes que visitar.
El shariden y sus tres pisos
El pabellón dorado es un shariden, una sala en la que se guardan reliquias de Buda. Está compuesto por tres pisos, cada uno con un estilo arquitectónico distinto. El primer piso, estilo Shinden-zukuri, evoca la arquitectura de los palacios imperiales. El segundo piso, Buke-zukuri, refleja el estilo de las residencias samurái. El tercer piso, al estilo de los templos zen de china, alberga una tríada de Budas y está coronado por un fénix dorado.
Jardines circundantes
Los jardines que rodean el Kinkakuji conservan su diseño original desde el siglo XIV. Es decir, estos jardines han ofrecido una escapada al bullicio de la ciudad para meditar y pasear durante más de 700 años. Hay que ver la fuente Gingasen y la cascada Ryumon-taki. A la salida, encontrarás un conjunto de estatuas Jizo (deidad protectora de los niños y la maternidad) con un cuenco de metal y otro de piedra. Es tradicional pedir un deseo que se cumplirá si aciertas en alguno de los dos. Por último, puedes reforzar tu conexión espiritual encendiendo una vela tradicional japonesa (Warosoku) o escribiendo tu deseo en una tablilla ema.
Imágenes de Hyppolyte de Saint-Rambert (izquierda - centro) y GuillemMedina (derecha)
La casa de té Sekka-tei
Situada al final del recorrido, la casa de té Sekka-tei es otro de los rincones que hay que visitar. Esta casa de té del periodo Edo fue reconstruida en el año 1884 tras otro incendio y en la actualidad permite al viajero imaginarse cómo era la vida en este lugar. Dentro del recinto también se puede disfrutar auténtico té en una terraza o espacio interior para una experiencia completa.
Imagen de そらみみ
Información práctica para tu visita
Precio Kinkakuji
El precio de entrada al Kikakuji es de 500 yenes para adultos (menos de 3€) y de 300 yenes para jóvenes estudiantes de primaria y secundaria.
Horario
El templo está abierto todos los días del año de 9:00 a 17:00 horas. Para evitar las multitudes, es mejor visitar temprano por la mañana o a última hora de la tarde justo antes de cerrar. A poder ser un día de semana.
Cómo llegar al Pabellón Dorado
Desde la estación de Kioto, toma la línea 204 o la 205 del autobús urbano de Kioto y baja en la parada Kinkakuji-michi. El trayecto dura unos 45 minutos y el precio del billete es de unos 230 yenes (menos de 1,5€). Puedes pagar en efectivo al bajarte del bus (siempre por la puerta delantera), con tu ticket de día o con tu tarjeta IC (Suica, PASMO…).
Continúa tu día en Kioto
Después de visitar el Kinkakuji, hay muchos otros templos y lugares de interés que merecen ser explorados. Visitar el templo Ginkakuji, el Pabellón Plateado, es mucho más interesante en contraste con su hermano dorado. El templo Ryoanji es famoso por su jardín de rocas zen, y el templo Tenryuji, situado en Arashiyama, es otro Patrimonio de la Humanidad con jardines de postal.
Después de un gran día de aquí para allá recuerda premiarte con algún plato local como yudofu (tofu caliente), shojin ryori (comida vegetariana budista), nishin soba (sopa de fideos soba con arenque), kyozushi (sushi de Kioto), obanzai (platos caseros de Kioto) o Kaiseki (menú degustación tradicional). Hay mucho donde elegir.
Si quieres saber cómo sacarle el máximo partido a la ciudad de Kioto, lee nuestro artículo "Qué ver en Kioto: La joya cultural de japón"
Imagen de Cquest
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