Yakushima, la isla que inspiró La Princesa Mononoke
¿Te imaginabas que Japón sería el lugar en el que te adentrarías en un bosque ancestral de película? Yakushima, una isla montañosa al sur del país, te ofrece justo eso y más. Este paraíso natural no solo inspiró a Hayao Miyazaki en la creación de La Princesa Mononoke, sino que también es un santuario para la biodiversidad y una aventura esperando ser descubierta. En este artículo te contamos cómo sacarle partido a esta visita más allá de lo convencional.
Los bosques que inspiraron a Miyazaki
El valle Shiratani Unsuikyo es uno de los lugares más especiales de Yakushima. Sus senderos te llevan a través de bosques cubiertos de musgo y árboles mas que centenarios, la atmósfera es exactamente la misma que la del mundo de La Princesa Mononoke.
Rutas de senderismo
La actividad estrella en la isla es el senderismo, con numerosas rutas que se adaptan a todos los niveles. Nuestras favoritas son:
Sendero Taikoiwa Rock: Una caminata de nivel intermedio que dura alrededor de 4 horas ida y vuelta. Desde la roca Taikoiwa tendrás una vista de toda la isla a tus pies.
Senderos en Yakusugi Land: En este parque natura situado en la parte oriental de la isla tienes rutas ideales para principiantes, que varían de 30 minutos a 2 horas, y te llevan hasta algunos de los árboles más antiguos de la isla.
Los kodamas y la espiritualidad del bosque
Los fans de estudio Ghibli conocerán a los kodamas, los pequeños espíritus del bosque en La Princesa Mononoke. Las criaturas de la película están inspiradas en las creencias del folclore japonés de que hay espíritus habitan en los árboles de los bosques frondosos. Tienen una apariencia por lo general adorable y sus cuerpos son semitransparentes. Es fácil imaginarse a Miyazaki paseando por los bosques de Yakushima y decidiendo que sí o sí estos espíritus tenían que estar en su película.
Jomon Sugi, el guardián milenario
El Jomon Sugi es el cedro más antiguo y grande de Japón, con una edad estimada entre 2.000 y 7.000 años. Llegar a él implica una caminata de aproximadamente 10 horas ida y vuelta que requiere una buena condición física, eso sí, los que lo consiguen obtienen su merecida recompensa.
Si buscas una opción menos extrema, el Wilson's Stump es un enorme tocón de cedro al que se puede llegar con una caminata más corta. Desde el interior del tocón, si miras hacia arriba, el árbol deja un hueco en forma de corazón a través del cual contemplar el bosque. Parece mentira pero es cierto.
El paraíso natural de Yakushima
Fauna única: El ciervo yakushika y el macaco yakuzaru
La isla es hogar de especies endémicas como el yakushika (ciervo de Yakushima) y el yakuzaru (macaco japonés). Estos animales pueden verse en libertad y son parte fundamental del ecosistema de la isla. Aunque hay que hacer una observación responsable, mantén la distancia y no les des de comer.
Cascadas espectaculares
Igual que en la adaptación para La Princesa Mononoke, en la vida real el agua también es una gran protagonista. Hay dos cascadas que destacan:
Oko-no-taki: Con 88 metros de caída, es una de las cascadas más impresionantes de Yakushima. Ubicada junto al mar, sentirás el estruendo del agua.
Senpiro-no-taki: Al otro lado de la isla, esta cascada se encuentra en un paisaje de imponentes formaciones rocosas. Desde el mirador macacos y humanos comparten las vistas.
Onsen junto al mar
En Yakushima existe uno de los onsen más curiosos de Japón, el Hirauchi Kaichou Onsen. Se trata de un baño termal junto al mar accesible solo durante la marea baja (ya que se inunda completamente durante la marea alta).
Sentir tan cerca la fuerza del mar mientras te relajas en un baño termal es algo al alcance de pocos. Eso sí, este onsen es mixto y se aplican las normas de etiqueta onsen de Japón.
Más actividades en Yakushima
Tortugas marinas
De mayo a julio, las playas de Yakushima se convierten en el escenario de anidación de las tortugas caretta caretta. Existen tours nocturnos guiados que te permiten presenciar este espectáculo de manera responsable.
Kayak y snorkel
Como ya sabes el agua es la protagonista en Yakushima. En el interior de la isla puedes hacer kayak en pleno bosque por los ríos Anbo y Miyanoura. Junto al mar puedes aprovechar las aguas cristalinas para hacer snorkel o buceo.
Ver las estrellas
Con poca contaminación lumínica, las noches en Yakushima ofrecen cielos estrellados espectaculares. Hay tours especializados para identificar constelaciones y recorrer la isla de noche.
Delicias locales
Después de un día de aquí para allá, hay que reponer fuerzas. Prueba el tobiuo (pez volador) en un pequeño restaurante familiar donde lo podrás degustar a modo de sashimi fresco o estilo age (frito) que le da un toque crujiente por fuera y jugoso por dentro.
Si te animas, puedes acompañarlo de un un vaso de shochu local (licor destilado a partir de batatas o arroz) mientras compartes historias con los habitantes de la isla.
Cómo llegar a Yakushima
Llegar a Yakushima es más sencillo de lo que parece (para ser una isla remota). Puedes tomar un vuelo doméstico desde ciudades como Osaka o Fukuoka directamente al Aeropuerto de Yakushima.
Si prefieres el mar, desde Kagoshima parten ferries diarios, incluyendo el ferry rápido "Toppy" que te lleva a la isla en aproximadamente dos horas (El ferry lento Yakushima 2 tarda unas 4 horas). Una vez en Yakushima, puedes alquilar un coche para marcar tus ritmos o utilizar los autobuses locales que conectan las principales atracciones.
Atención al clima
Yakushima es conocida por su clima extremadamente húmedo, lo que le da su toque siempre verde y una biodiversidad impresionante. Pero también te mojas.
Clima: La isla recibe abundantes lluvias durante todo el año. Las temperaturas son suaves, con veranos cálidos y húmedos (entre 25°C y 30°C) e inviernos frescos (entre 10°C y 15°C).
La mejor época para visitar es entre abril y junio, cuando las temperaturas son agradables y la isla florece. Ten en cuenta que la temporada de tifones es de agosto a septiembre, por lo que es recomendable planificar en consecuencia.
Sabiduría popular: "En Yakushima llueve 35 días al mes". Si lo dicen los locales, mejor preparar un chubasquero por si acaso.
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